Primero fue el tacto, descubrimos que sin ver también podemos saber mucho de las cosas: si son suaves o ásperas, si son lisas o rugosas, podemos percibir su textura, su tamaño, saber si están frías o calientes, incluso adivinar qué es por su forma.
Después jugamos a adivinar qué suena (sin verlo claro): una carraca, un silbato, un matasuegras, un cascabel, un piano, un sonajero, palmadas…
Ahora estamos oliendo… café, colonia, chorizo, pimentón (por cierto era picante, pero como les gusta la tragedia, han querido probarlo –una pizca-), el laurel y el romero nos ha costado un poco más.
Podéis seguir trayendo cosas que huelen… incluso mal.
Más adelante probaremos sabores
No hay comentarios:
Publicar un comentario