El jueves los de 1º y 2º cogimos el autobús urbano y nos fuimos de concierto.
Fue una verdadera delicia escuchar toda una orquesta completa tocar para un auditorio lleno de niñ@s.
Cargados de emoción fuimos escuchando el cuento que nos contaba una narradora elegantemente vestida y las piezas musicales, intercaladas en la narración y relacionadas con el cuento, que iban interpretando los músicos (hubo pasodoble, cha cha cha, alguna de los Beatles, otras más clásicas...). Había piezas en que la música transmitía la alegría o la tristeza de la protagonista, otras en que expresaba la exaltación de los vecinos del pueblo... Música suave y discreta, música fuerte y potente, música lenta, música rápida, música comunicando sentimientos y apoyando las secuencias del relato.
Todo un lujo, multitud de instrumentos sonando en directo para nosotr@s.
Después de regresar comentamos en clase el cuento, pero creo que algunos no terminaron de interpretarlo; os cuento la síntesis para que lo podáis aclarar con vuestr@s hij@s:
Katius, la protagonista es la lavandera del pueblo.
Todos los días pasa por la panadería y aspira el olor tan agradable que sale de la tienda.
El panadero la denuncia por robarle el olor de su panadería.
El juez la ordena pagar 100 monedas de oro.
Katius no tiene dinero, pero los vecinos la ayudan y reunen en una bolsa las 100 monedas.
El juez hace sonar las monedas de la bolsa en los oídos del panadero, pero no se las da.
El panadero reclama las monedas.
El juez le comenta: "Tu denunciaste a katius por robarte el olor de la panadería, considérate pagado con el sonido de las monedas".
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